En este video Jeff Foster nos plantea que los pensamientos – incluso los pensamientos más negativos sobre nosotros mismos – no tienen ningún poder sobre nosotros si es que no nos identificamos con ellos. Usa la metáfora de que los pensamientos son como sonidos en el espacio subjetivo, son “como el canto de los pájaros”. El arte de meditar es aprender a observarlos, aceptarlos y darnos cuenta que no nos definen.

En las últimas 2 décadas se han ido perfilando dentro del ámbito de la psicología clínica la psicoterapia de orientación transpersonal. Más que constituir una teoría o un método psicoterapéutico definido, se trata esencialmente de entender la práctica clínica desde una visión del ser humano que incluye la dimensión espiritual, entendida ésta como una esfera que trasciende el ámbito de la mente racional, la personalidad condicionada y el cuerpo-emoción.

El paradigma de la psicología – presente en las distintas escuelas de psicoterapia – ha acumulado un vasto conocimiento sobre el funcionamiento del ego y la patología

Descartando algunas ideas erróneas sobre meditar, en las que se la confunde con una técnica de relajación, poner la mente en blanco o un estado de trance, podemos diferenciar 3 aspectos de lo que se entiende por meditación en las tradiciones místicas.

La Meditación es una Práctica o Disciplina, cuyos 2 componentes esenciales son la Atención Consciente al momento presente, permaneciendo intencionadamente en la observación de las experiencias de la conciencia: percepción de eventos externos, sensaciones corporales y toda la gama de actividades mentales; y el Desapego, es decir aceptando la experiencia tal como es, sin juicio, ni reacción y con apertura a todo lo que aparece.

La Psicoterapia desde la perspectiva Transpersonal integra el trabajo clínico psicológico tradicional con la mirada de los maestros y las tradiciones espirituales, donde se entiende que el sufrimiento psicológico es producto de un estado de confusión en que nos encontramos los seres humanos, debido a que nuestra consciencia está interferida por pensamientos compulsivos incesantes con lo que nos identificamos, generando en nosotros una falsa sensación de identidad: el Ego.