¿Meditación y/o psicoterapia?
Para muchos puede ser una pregunta recurrente ¿En que punto se encuentran la meditación y la terapia psicológica? Muchas veces, los psicólogos utilizamos técnicas de relajación que son entendidas como pequeñas «meditaciones» dentro de la misma terapia (centrarse en la respiración, respirar profundo, llevar la atención al cuerpo y otras similares)
También, podemos ver que gran parte de los talleres de meditación y mindfulness son dirigidos por al menos un psicólogo. Entonces, ante este panorama, ¿cómo es que la meditación y la psicoterapia se encuentran?
Técnicas de relajación: estás técnicas del tipo «lleva la atención al cuerpo, observa tu respiración, despeja tu mente» son cada vez más habituales dentro de la psicológica. En ocasiones estas técnicas son utilizadas para generar un alivio y bienestar producto de la relajación, en otras ocasiones son utilizadas para facilitar el «darse cuenta» del paciente, ya que le ayudan a tener una mayor consciencia de su cuerpo, emociones y su experiencia en general. Estas técnicas no tienen un trasfondo espiritual si no un propósito clínico, por lo tanto no son meditación, aunque se les suele confundir por su similitud con las meditaciones guiadas.
Técnicas de mindfulness: Este es un término que suele llevar a confusiones. Literalmente significa «mente plena» y su origen proviene de la meditación y en algunos contextos se suele entender como un sinónimo. Por otro lado, en terapia psicológica (sobre todo en las que no incorporan una dimensión espiritual dentro de su trabajo, es frecuente utilizar el concepto de mindfulness para referirse a «el uso científico de los efectos de la meditación». Cada vez más, aumenta el número de investigaciones sobre los beneficios de la meditación (a nivel biológico, emocional, cognitivo, etc.) lo cual representa una gran herramienta clínica. Esta comprensión «práctica» del mindfulness es la mas habitual en psicología, y si bien, ayuda a conseguir una mejoría clínica, la mayoría de las veces no considera una dimensión espiritual, por lo tanto, en este contexto, el mindfulness aun es algo diferente de la meditación.
Meditación: la meditación no es solo una técnica para conseguir un fin (o al menos no un fin específico), más bien, la meditación implica el descubrimiento de la verdad acerca de nosotros mismos más allá de lo que creemos ser, es como si pudiéramos llegar un «descubrimiento final», a la última verdad de «quienes somos», o más bien, «qué somos». La meditación implica una comprensión acerca de la naturaleza del sufrimiento humano y la posibilidad de liberarnos de él. La práctica de la meditación, más que conseguir un resultado concreto, tiene que ver con entender que hay una verdad que no conocemos y que solo la podremos conocer a través de la práctica. En cierto sentido implica «creer» o más bien «confiar» en que existe una verdad que no conocemos, sin embargo, no es como creer en una religión o tener «fe», si no una comprensión experiencial, en un experimentar para descubrir. La mayoría de las terapias psicológicas no incorporan esta visión en su trabajo clínico.
El enfoque que ha llevado la delantera en incorporar la dimensión espiritual (y por tanto la meditación) en el trabajo clínico es la psicología humanista-transpersonal. Desde este enfoque, el trabajo clínico «tradicional» es importante y forma parte de la terapia, ya que ayuda a que las personas podamos sentirnos mejor, vivir de manera mas armoniosa y desenvolvernos mejor en el mundo.
Fotografía por Chris Ensey